Secreto guardado entre voces de muertos
y las alas de los murciélagos citadinos.
Me envuelve la noticia ensangrentada
aquella que no puede ser revelada
y que está perdida entre diarios viejos.
Me envuelven los colores del silencio,
codornices que corren en campos abiertos
y serán atrapadas para la cena.
Me envuelve tu nombre, pausado
que repito en sílabas como de crucigrama
y... ya voló.
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