24 junio, 2010

Garabateando sobre mis casi 30

En un par de semanas entraré a la categoría de "adulto contemporáneo" o tal vez, ya pertenzco a ésta y ni cuenta me había dado. La verdad es que siempre que pensaba en tener 30 años me pensaba demasiado "ruca" para cualquier cosa y básicamente, lo que veía era un futuro con un trabajo estable, una familia, una casita y todas las demás cosas que supuestamente te convierten en un ser humano "feliz". Nada qué... ese supuesto imaginario es sólo eso: UN JODIDO IMAGINARIO.
Pero no estoy tan tirada al berrinche, venga que estoy a dos semanas de llegar a esa cifra mágica (hay que recordar que Three is the magic number) y me sigo sintiendo como escuincla si no de secundaria al menos de segundo semestre de universidad. Y me gusta. Sí mucho, porque ya no tengo tantos complejos mentales y si me quedan algunos pues me los paso con diasepan, porque hay delante una libertad para ser y hacer lo que quiera sin temor ni amarras. Está chido, sí... llegar a los 30 es algo que le recomendaría a la mayoría.
Y a pesar de todo el rollo que te tiran sobre madurar, crecer y bla, bla, bla... es mentira, sí hay algo en ti que se siente un poquillo diferente.
Por otro lado, lo único que verdaderamente extraño de ser más joven es tener tiempo, tiempo para mí y para las cosas que sí me interesan y no son obligación, pero al final, honestamente eso no es culpa de la edad es más bien que ya no soy estudiante... y como ya tengo casi 30 el día que me dé la gana me regreso a la universidad a hacer mi maestría y consigo una beca.

02 junio, 2010

Impresión #400

El ruido de una aspiradora,
voces brincando por las paredes blancas,
el bip de un teléfono,
el anuncio de una revista,
el tecleo sin parar y una pantalla brillante,
el café que se enfría y se amarga más,
el calendario al que no han cambiado de mes,
las palabras que nacen y muren en medio de la rutina.